miércoles, 9 de febrero de 2011

Busca y deja buscar

Yo lo sigo intentando, no cejo en el empeño, aún continúo buscándome a mi mismo. Que sí, que ya sé que no me voy a encontrar, que antes encontraría aquella medalla que me colgaba del cuello hasta que aquel verano la perdí en una playa de Cabo de Gata para formar parte del ecosistema del mar Mediterráneo, suponiendo que las corrientes o lo animales marinos no se la llevaran a otras masas acuáticas. Quién sabe, lo mismo reposa ahora en el fondo de la sima Challenger, allá en la fosa de las Marianas, según se sale de las Filipinas hacia la derecha, bajo una columna de agua de más de once mil metros de altura, junto a mis amores platónicos. Pero que encontrar esa medalla -o realizar esos amores platónicos- sea imposible, no significa que buscarla deje de ser una excusa pintiparada para conocer nuevas playas, nuevas gentes y nuevas voces: 

- Oiga, fulano -me diría una mengana de sonrisa morena y de cabellos sonrientes-, ¿usted qué ha venido a hacer a esta playa?

- He venido a buscar un medallón que perdí hace años en el mar -le contestaría yo con el gesto alegre y resignado.

- ¡Pero eso es como encontrar un átomo de helio determinado y concreto en el Sol!

- Si, tiene usted razón, mengana, nunca encontraré ese medallón, pero buscando ese pedacito de metal que engulló el mar hace tanto tiempo, la he encontrado a usted.

Y así, buscando medallones en el mar, átomos de helio en el sol y a nosotros mismos entre la multitud, es como los fulanos del mundo encuentran a las menganas, que es una forma más, otra de tantas, de decir que lo importante en esta vida no es el destino, sino el viaje que debemos hacer para intentar alcanzarlo.


4 comentarios:

  1. Pues si te sirve de consuelo yo te veo como una persona muy encontrada a sí misma. Porque para mí, encontrarse a sí mismo no significa otra cosa que conocer y querer conocer más, y aunque nunca estemos en posesión de la verdad absoluta, el hecho de buscarla te acerca un poco a ella.
    Vamos a buscar medallones de oro en alguna isla paradisiaca :D

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  2. Pues no creas, no tengo la sensación de conocerme, no vivo con la seguridad de saber de antemano cómo reaccionaria ante determinadas situaciones, ni siquiera sé qué cosas me gustan realmente, más allá de saber que me gusta el chocolate, el cine, una voz bonita voz y una cálida sonrisa, por decir algunas de las cosas que sí sé que me gustan... pero vamos, que mientras me aclaro de por dónde me ando, contigo me voy a una isla paradisíaca o a dónde haga falta ;)

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  3. Yo perdí una esclava de plata un martes y 13 de hace mil años, en Madrid. Y aunque aun no vivía aquí, me trasladé algún tiempo después... quizás con la esperanza de encontrarla, o de encontrarme a mi misma, o de encontrar al menos, alguien interesante.

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  4. Ana, tú por mi blog, qué honor, de hecho esta entrada es fruto de una semilla que encontré en "afilandobisturies.es". La semilla venía en un sobrecito estampado con la imagen de una flor azul oscuro, como de cielo casi totalmente anochecido, veteada por manchas amarillas, similares a las estrellas y a los planetas. Sobre la imagen de esa flor ponía, escrito en letras anaranjadas, "El Despertar", y, justo debajo, la fecha de empaquetado: "February 3rd, 2011". La semilla arraigó en mi mente enseguida, y me habló por su tallo de desencanto por el pasado más inmediato y de temor por el futuro, pero también me habló, a través de sus pétalos, de las cosas que se aprenden, aún en los pasados más negros, para ensanchar nuestro espíritu, como el aire caliente ensancha un globo aerostático: para elevarlo. También, a través de sus estambres, la flor que te compré en "afilandobisturies.es", me habló de un futuro estimulante y esperanzador... y me puse a escribir. Esta entrada es el resultado ;)

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