sábado, 4 de diciembre de 2010

ZP sigue los consejos de Supernnany

El problema de los controladores aéreos en España es el de los niños mal criados: están acostumbrados a que se lo den todo tras patalear un poquito y montar el número. Siempre ha sido así desde que tengo memoria, y no es que yo sea un venerable anciano, pero tampoco soy un veinteañero. No se trata de las razones de fondo, ni de unos ni de otros, puesto que si los controladores aéreos tenían razones cabales para la protesta, deberían haber articulado ésta a través de una convocatoria de huelga, indefinida si lo hubiesen considerado preciso. Nosotros, pobres ciudadanos de una raza inferior a la muy evolucionada raza de los controladores, nos habríamos adaptado a un trafico aéreo más denso y molesto, pero tráfico al fin, durante una temporada, con la consiguiente presión que esto hubiese supuesto para la empresa (AENA) y para el Gobierno.

Por el contrario, estos niños, superdotados y más listos que nadie, han tomado la inteligentísima decisión de coger el juguete con brío, sacudirlo hasta romperlo y tirarlo al suelo para, después, encerrarse en su habitación-hotel y ofuscar su mente en torno a una sóla idea: "Te odio, papá, ojalá te mueras.". De este modo, han conseguido lo que consiguen todos los niños que salen en el programa de Cuatro: resultar repelentes. Muy inteligente, sí señor.

Evidentemente, un buen padre les habría dado un cachete a estos niños a la primera muestra de insolencia, y les habría enseñado modales, y a estas alturas no estaríamos en la situación en la que estamos (Estado de Alarma, nada menos). Pero en esta casa de locos da igual que los niños superdotados paralicen un país sin avisar, con premeditación y alevosía, o que los niños de otras familias, más tontos y mucho más pobres, quemen cajeros en una manifestación, o impidan el libre ejercicio del derecho a jugar de otros niños poniendo silicona en la cerradura de las guarderías... no pasa nada, aquí no pasa nada, esto es una casa moderna con unos padres modernos.

Pues ya iba siendo hora de que el Gobierno siguiera los consejos de Supernanny, si es que esto finalmente resulta ser algo más que un golpe de efecto y se trata de una actitud nacida con vocación de permanecer en el tiempo. De ser así, pronto veremos en los controladores aéreos a unos niños adorables a los que darán ganas de pellizcar en los carrillos.

Cesar Cabo, portavoz del sindicato USCA. No puedo (ni quiero) evitar imaginarme a Zerolo dándole un cachete en el culo: "Has sido un niño muy malo, Cesitar".

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